martes, 6 de septiembre de 2011

ASTRONOMIA ARABE Y PERSA

ASTRONOMÍA ARABE 
El mundo árabe ha ofrecido a la humanidad una serie de ilustres pensadores y científicos que se han destacado con el paso del tiempo. El día de hoy hemos decidido hablar sobre sus avances en términos del estudio del universo, es decir la astronomía.
Como en muchas otras culturas, el estudio del universo estuvo muy relacionado con la religión, en este caso con el Corán, Alá, y los profetas como Mahoma, y es que a través de los pasajes bíblicos podemos encontrar variedad de referencias a astros celestres como las estrellas, la luna y el sol. Vale la pena mencionar pues que el símbolo de los árabes es la media luna y la estrella roja.
Desde tiempos inmemorables, los árabes crearon en sus ciudades una serie de observatorios para tener una visión mejor del cielo.
Como herencia en muchas culturas del mundo, los griegos aportaron al mundo árabe una serie de conocimientos. Asimismo los árabes rescataron ciertos conceptos de la cultura Babilonia como las tablas astronómicas.
El hecho que conmovió a Europa hacia el 200 de n.e no fue el progreso científico, sino la caída económica y social del Imperio Romano, las guerras y la irrupción de filosofías extranjeras, y en especial, el cristianismo. Pasado el tiempo, cuando la autoridad cristiana se extendía por toda Europa civilizada, el pensamiento se estaba modificando. La inteligencia y la fe se orientaban hacia una unidad por encima, de los sentidos, por encima de la experiencia humana y se otorgaba poco interés a la búsqueda del conocimiento independiente, a través de la observación, la deducción y la predicción. Su lugar lo ocupaba la combinación de Aristóteles y Tolomeo, fuente incuestionable de la verdad astronómica.
La obra de los astrónomos griegos no fue continuada por los europeos del centro, sino por los seguidores de Mahoma, quienes entre los 600 y 1000 de n.e habían conquistado la mayor parte de lo que había sido antaño el mundo civilizado. No solo se contentaron con construir satrapías políticamente poderosas, sino que reconstruyeron la influencia del científico y del filósofo y los hicieron independientes de la influyente autoridad religiosa. Posiblemente existen tantas razones conflictivas como razones relacionadas con este renacimiento de la ciencia. Algunas se refieren a la distinta visión de los musulmanes respecto de Dios, la vida y el hombre. Otras accidentales. Como la necesidad de conocer la ubicación relativa de un lugar respecto de la Meca, centro geográfico de la fe islámica. Y la mayoría proceden de la necesidad de gobernar un territorio tan vasto como el que habían conquistado los musulmanes hacia finales del primer milenio de nuestra era. De cualquier forma la cultura islámica produjo una casta de científicos de talento similar a los filósofos griegos clásicos. Como quiera que los grandes centros de la cultura griega, especialmente Alejandría,  se encontraran bajo su dominación, y que los textos antiguos y sus posteriores comentarios habían sido salvados, la ciencia árabe fue desarrollándose sobre una base más amplia que la ciencia europea. Los astrónomos árabes heredaron, junto con los escritos griegos, los problemas planteados por los griegos, y así, se preocuparon de los movimientos de los planetas, de las distancias de las estrellas, de la forma y el tamaño de la tierra.
Como sucedió ya con algunos de los últimos grandes astrónomos griegos, los árabes se dieron cuenta hacia el año 1000 que nuevas y mejores observaciones resultaban mas importantes que los esfuerzos de cualquier genio. Se efectuaron observaciones relativas a las posiciones planetarias y estelares y a eclipses solares y lunares. Pero nuevamente el destino se puso en contra de la astronomía reduciendo el desarrollo cultural y político antes de haber logrado ningún progreso realmente significativo.
Las realizaciones de los árabes, incluso aquellas de tipo enciclopédico, mas que original, no pasaron desapercibidas en tierras cristianas. En la época en que invadía Europa el renacimiento, el resurgir de las artes y las letras, el subcontinente no se hallaba políticamente aislado y, por otra parte, estaba deseoso de  escuchar a sus colegas filósofos de otras religiones. Muchos estaban por lo menos intrigados por la posibilidad de obtener nuevas traducciones de las griegas, cuya existencia conocían a pesar de no haberlas visto nunca. La Europa cristiana conoció la mayor parte de las obras filosóficas y científicas de los griegos como el Almagesto de Tolomeo por medio de los árabes.
La astronomía era para los nobles árabes una de las ciencias fundamentales, porque el poder de dios se muestra en el orden del universo, porque es necesario fijar con exactitud el comienzo del Ramadán, en el que solo se puede comer después de la puesta del sol, y porque se debe fijar con exactitud el momento de las oraciones que todo creyente debe de hacer en la mezquita la cual deberá estar bien orientada hacia la Meca, para que el creyente, al postrarse mire hacia ella. Además por influencia greco-helenística, los árabes se interesaban por todo lo que se refería a astrología. Sus observaciones astronómicas fueron considerables, mejorando notablemente las ya existentes. Establecieron tablas para prever los movimientos del sol, de la luna y de los planetas. Fueron famosas las que Ibn’  Yunus preparo en el Cairo entre los años 990 y 1007, en su observatorio astronómico particular. O las llamadas tablas “toledas”, compuestas en Toledo por Azarquiel. Se puede afirmar que toda la astronomía europea hasta el siglo XV esta bajo la influencia árabe.
Gracias a sus progresos en el cálculo trigonométrico, indispensable para el estudio de la geometría esférica sobre la que se basan los problemas astronómicos, pudieron introducir muchas mejoras con detalle, en la teoría ptolemaica. Sin embargo no llegaron los astrónomos árabes a elaborar teorías innovadoras de recambio, pues las soluciones que aportaron no eran ni mas exactas que las ptolemaicas ni tampoco mas sencillas.
En cuanto al calendario, su liturgia seguía un calendario lunar, mientras que los impuestos y la recogida  de las cosechas se regulaban por el calendario solar. El calendario lunar que utilizaban los árabes era un antiguo calendario de Asia  monzonica, que adaptaron a las arenas de sus desiertos. Tuvieron gran interés por los astrolabios y otros instrumentos astronómicos, así como las mediciones geodésicas, llegando a apreciar el arco de un grado como equivalente a unos 113 km.
El astrolabio era un instrumento para reproducir el movimiento de los astros mediante discos concéntricos, sobre los cuales se trazaba previamente una proyección de la esfera terrestre sobre el plano del ecuador. Las esferas armilares que servían para determinar la posición de los planetas estaban formados por un anillo fijo en el plano del ecuador y por otros anillos que representaban el horizonte, el meridiano, la eclíptica
Entre los personajes más destacables del mundo árabe encontramos a Al Biruni, un matemático y astrónomo que vivió entre los años 973 y 1048 de nuestra era. Este sabio entendió 600 años antes de Galileo que la tierra rotaba sobre su eje diariamente y que se movía sobre su órbita alrededor del sol en el lapso de un año. Al Fazarí también es de los personajes destacados pues era constructor de astrolabios y Al Batani quizá el más respetado por los estudiosos europeos. Sus descubrimientos son amplísimos y sus estudios de las anomalías lunares y los eclipses tienen una extraordinaria precisión. Estableció las primeras nociones trigonométricas y concibe la fórmula fundamental de la trigonometría esférica.
En el año 829 Al-Mamúm fundó el observatorio astronómico de Bagdad, en donde se desarrollaron estudios sobre la oblicuidad de la Eclíptica. Por su parte, Al-Farghani confecciona, poco después, "El libro de reunión de las estrellas", un extraordinario catálogo con medidas muy precisas de las estrellas.
Los astrónomos árabes comenzaron a rechazar la concepción de los Epiciclos de Ptolomeo mucho antes del renacimiento en Europa, ya que según sus estudios, los planetas debían girar alrededor de un cuerpo central y no en torno a un punto. En esta concepción jugaron especial papel Averroes, Abúqueber y Alpetragio.
Algo muy importante fue que comenzaron a rechazar la teoría geocéntrica, y catalogaron estrellas que actualmente conservan su nombre, además de que conocieron el tamaño de la Tierra. Vale la pena mencionar que hoy en día, dentro de nuestra lengua castellana utilizamos ciertos términos relacionados a fenómenos del cielo, provenientes de los árabes. Nos referimos a palabras como cénit o nadir.
ASTRONOMIA PERSA
Según la dramatización elegida por la literatura pahlevi para la representación del primer encuentro entre los dos principios cósmicos, Ahriman viene a hablar con Ohrmazd, quien inesperadamente le propone hacer las paces. Debido a su ignorancia, Ahriman no interpreta este gesto como un acto desinteresado, su perturbado raciocinio le hace considerar esta propuesta de paz como un signo manifiesto de debilidad y aprovecha la oportunidad para dar rienda suelta a su irresoluta voluntad de destrucción. Ohrmazd, que ya había previsto esta reacción del espíritu malvado, le propone combatir, como harían dos guerreros, en un espacio y tiempo limitados, es decir, en un tiempo finito, precisamente el ciclo de 12.000 años, y en la creación terrenal. Siempre guiado por su ignorancia, Ahriman estúpidamente acepta este pacto para luego comprobar que ha caído en una trampa y que está condenado a luchar en un espacio-tiempo finito del que no podrá escapar, y que será destruido al finalizar el ciclo de 12.000 años. Además, en el momento de aceptar el pacto y gracias a la oración Ahunwar pronunciada por Ohrmazd, Ahriman queda fuera de combate y relegado a las tinieblas durante 3.000 años. Durante este período, Ohrmazd crea el cielo, el agua, la tierra, las plantas, los animales y los hombres, la creación divina (bundahishn) adquiere forma vital (getig) pero aún permanece inmóvil (un estado definible como getig suspendido en el menog). Al término de esta segunda fase de 3.000 años, se cierra la primera mitad del ciclo cósmico mazdeísta y se inicia la segunda, considerada como verdaderamente getig y que durará otros 6.000 años. Con la ayuda del demonio femenino Jeh, Ahriman despierta finalmente del letargo en que estaba sumido, rompe el exterior de la bóveda celeste, penetra en el mundo y ataca la creación. Su irrupción pone en marcha la realización física del tiempo finito, que se hará visible gracias al movimiento de las estrellas que empiezan a rotar para cerrar el agujero por el que Ahriman y su armada de demonios habían penetrado en el mundo. Según la cosmología zoroástrica, a partir de este punto transcurren los 6.000 años restantes de la creación, hasta que Ahriman es aniquilado y se restablece el tiempo infinito.
Así pues, nos encontramos ante un ciclo cósmico de 12.000 años dividido en dos grandes fases de 6.000 años cada una, que se dividen a su vez en dos subperiodos de 3.000 años.
La historia de la humanidad se entiende, pues, como la historia de la mezcla, del dolor producido por la irrupción del mal. Se acompaña del movimiento del Sol, la Luna y las estrellas, pertenecientes a la creación buena, pero también de los planetas, que se consideran seres diabólicos.
Sin embargo tras la conquista islámica de Persia se desembocó la decadencia de la religión zoroástrica en Persia y con el paso de los siglos la mayoría de los pueblos pasó del zoroastrismo al Islam.
Es cierto que tampoco se debe pensar que los árabes y persas desarrollaron ampliamente la astronomía en todas sus facetas, ya que, por ejemplo, no se puede decir que la astronomía observacional fuese uno de sus fuertes, pese al esfuerzo de figuras como Al-sufi o Al-Tusi, pues no existe ningún registro de la supernova de 1054, que sí fue estudiada por los chinos, más preocupados por las repercusiones astrológicas de cualquier cambio repentino en los cielos. Sin embargo, a los astrónomos musulmanes debemos las primeras correcciones del Almagesto, pues se dieron cuenta de que no se trataba de una obra perfecta, sino que era, como cualquier otra creación científica, susceptible de ser mejorada.

Es cierto que tampoco se debe pensar que los árabes y persas desarrollaron ampliamente la astronomía en todas sus facetas, ya que, por ejemplo, no se puede decir que la astronomía observacional fuese uno de sus fuertes, pese al esfuerzo de figuras como Al-sufi o Al-Tusi, pues no existe ningún registro de la supernova de 1054, que sí fue estudiada por los chinos, más preocupados por las repercusiones astrológicas de cualquier cambio repentino en los cielos. Sin embargo, a los astrónomos musulmanes debemos las primeras correcciones del Almagesto, pues se dieron cuenta de que no se trataba de una obra perfecta, sino que era, como cualquier otra creación científica, susceptible de ser mejorada.
 La siguiente gran figura de la astronomía islámica fue el gran Abd ar-Rahman As-Sufi, o simplemente Al-Sufi (903-986). De origen persa (nació en Teherán), realizó la mayor parte de su trabajo en Bagdad, la ciudad más prestigiosa y erudita de la época. Fruto de este esfuerzo fue su obra principal, El Libro de las Estrellas Fijas (Kitab Suwar al-Kawakib ath-Thabita),  en el que amplió el Almagesto de Ptolomeo catalogando 1018 estrellas (la mismas del Almagesto). Describió también en detalle las 48 constelaciones ptolomeicas y sus nombres, con representaciones gráficas incluidas, gracias a lo cual, las                                  constelaciones clásicas serían ampliamente conocidas en Europa durante la Edad Media. El Libro de las Estrellas Fijas no es sólo un catálogo de posiciones estrellas: Al-Sufí también discute sobre la magnitud y el color de cada astro, así como de sus posibles variaciones. También delimita las constelaciones y, dato muy importante, no tiene pudor en corregir a Ptolomeo cuando comprueba que sus observaciones son más precisas que las del sabio griego, algo impensable en la Europa Medieval de la época.
AL-TUSI
Al-Tusi escribió unas tablas de los movimientos de los planetas, y conteniendo además de las observaciones hechas durante 12 años, unas tablas para el cálculo de la posición de los planetas y un catálogo de las estrellas. Desde el modelo de Tolomeo , el modelo del sistema planetario de al-Tusi fue el mejor hasta el heliocéntrico de Copérnico. En dicho modelo, por primera vez en la historia de la astronomía, se empleaba un teorema inventado por él, y que 250 años más tarde aparecería en "Revolutionibus" de Copérnico. Hizo muchas otras contribuciones a la astronomía, construyendo numerosos instrumentos (por ejemplo un astrolabio).
En el siglo XI, el persa Omar Khayyam, hoy más conocido por su poesía, se interesa también por diversos temas, en particular el álgebra y la astronomía. Crea nuevas tablas astronómicas, pero se distingue sobre todo determinando la duración del año solar con una precisión extrema para la época.

Cabe mencionar también otra versión teológica perteneciente a la tradición zurvanita, según la cual Ohrmazd y Ahriman son hijos de Zurvan, el dios del tiempo, una especie de deus otiosus primigenio que anhelaba tener un hijo y para ello ofrece un sacrificio de 1.000 años, pero encontrándose próximo al final de la ofrenda duda de la eficacia del rito consumado. Del seno de Zurvan nacen dos gemelos (seres que hubieron de ser concebidos de forma andrógina): Ohrmazd, el fruto de la ofrenda, y Ahriman, producto de la duda. Esta doctrina, que se encuentra en clara oposición a la tradición «ortodoxa», probablemente trate de responder al dualismo radical de la cosmología desarrollada en el ámbito del mazdeísmo postgático y sasánida, introduciendo un nuevo monoteísmo y un origen único en la dinámica del conflicto entre luz y tinieblas. El origen del mal es en este caso fruto de la casualidad, de la duda surgida en la mente. Para justificar el origen del antagonismo entre el bien y el mal, aquí se asume una evidente imperfección del dios, un ansia divina que genera la ofrenda pero también la duda sobre su eficacia. Será Ohrmazd, nacido antológicamente «bueno» en cuando vástago de la ofrenda, a quien corresponda enmendar esta imperfección y restablecer un orden nuevo y superior.

Fuentes:
Alfonso Pérez de Laborda, Los antiguos astrónomos, ediciones Encuentro
L. Oster , Astronomía moderna, editorial Reverté


6 comentarios:

  1. Excelente trabajo y buena información solo una pequeña duda ¿Qué significa "n.e"? contesten me por favor y perdonen mi ignorancia TT.TT por favor lo más rápido posible pues es para una tarea que sera en 2 días

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  2. Excelente trabajo y buena información solo una pequeña duda ¿Qué significa "n.e"? contesten me por favor y perdonen mi ignorancia TT.TT por favor lo más rápido posible pues es para una tarea que sera en 2 días

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